Alberto Fernández sigue profundizando su postura de no alinearse ni con Estados Unidos ni sus enemigos y propuso una "salida pacífica" al conflicto que desató Donald Trump tras asesinar al capo del Ejercito de Irán, Qassem Soleimani.

Como explicó LPO, el presidente argentino ensaya un delicado posicionamiento geopolítico tratando de construir una Tercera Posición sustentada en la centroizquierda latinoamericana, pero sin descuidar la buena relación con Trump.

La Cancillería, a cargo de Felipe Solá, emitió un comunicado este fin de semana en el que advierte que "la República Argentina ve con preocupación los recientes acontecimientos ocurridos en Medio Oriente".

Estados Unidos mató al jefe militar de Irán y llevó la tensión al límite

"Eventos violentos protagonizados en un mundo global y consecuentemente hiper-conectado, tienen el potencial de tener consecuencias directas en todo el planeta. Nosotros, los argentinos, podemos dar testimonio de lo dicho. En nuestro pasado reciente hemos sido víctima al menos en dos oportunidades de actos de terrorismo internacional", indica la misiva.

"Ante esa realidad y en virtud de nuestra propia experiencia, el Gobierno Nacional insta a las partes en conflicto a que dispongan las medidas que permitan contener la tensión y trabajar en pos de una salida pacífica y negociada que evite escaladas que pongan en riesgo la seguridad internacional", señala el  comunicado de Solá.

Tercera Posición: Alberto trabaja en el bloque latinoamericano pero busca acercarse a Trump y Bolsonaro

"Como siempre lo ha hecho, también esta vez privilegiamos la vía de la negociación y la diplomacia para la solución de los conflictos. En ese sentido, hace un llamado a la comunidad internacional para que todos asumamos posiciones constructivas y reclama a las organizaciones multilaterales a través que asuman las responsabilidades que se les han confiado, en particular en materia de paz y seguridad internacional", finaliza el comunicado.

Como explicó este medio, el canciller viajará este lunes a México para participar de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). A través de ese organismo Alberto busca  eclipsar al Grupo de Lima, que tiene una postura pro-intervención en el conflicto de Venezuela. La posición del nuevo gobierno, basada en la tradición del peronismo, es de no intervenir en conflictos de otros países.